Durante mis más de 20 años de experiencia como ingeniero en eficiencia energética y energías renovables, he visto cómo ha evolucionado el sistema energético en España hasta que ha sido posible la energía compartida. Por defecto profesional, siempre me he sentido impulsado a buscar soluciones a los problemas que me rodean. Y el sector energético, aunque enorme y complejo, no podía ser una excepción.
En España, el mercado eléctrico está dominado por unos pocos actores con un control excesivo. Esta concentración de poder reduce las opciones de los consumidores, especialmente de los más pequeños, y convierte lo que debería ser un derecho en un simple bien de consumo. Con esta realidad, decidí emprender un camino para contribuir al cambio necesario en el sector: en el que la energía compartida sea una realidad provocando un modelo más justo, transparente y democrático, en el que la energía se considera un derecho y no solo un producto. Así nació SumaE.
Energía compartida: Una solución social para un problema de todos.
La idea de energía compartida y las comunidades energéticas impulsada por la EEUU surge como una respuesta innovadora y necesaria para cambiar el modelo actual. En estas comunidades, los consumidores se organizan de forma colectiva para gestionar y compartir la energía de manera sostenible y eficiente. Más que una solución técnica, es un movimiento social en el que cada miembro tiene voz, voto y beneficios. Este enfoque permite una redistribución más equitativa de los recursos y un modelo más resiliente ante las fluctuaciones del mercado energético.
Sin embargo, implantar esta idea en una sociedad como la nuestra no es sencillo. Por eso fundé SumaE una empresa social para hacer realidad este modelo y ofrecer apoyo a los consumidores y a las comunidades energéticas en todos los aspectos que necesiten. La propuesta es simple: crear una red de consumidores y prosumidores (personas que consumen y producen energía) que colaboran activamente para controlar su propio futuro energético, fomentando la producción local con fuentes 100% renovables, propiedad de las comunidades energéticas. Esto fortalece la independencia energética y mejora la sostenibilidad ambiental.
La energía compartida como herramienta de empoderamiento
La energía compartida simboliza la cooperación y la sostenibilidad. Cuando los consumidores trabajan en conjunto, se abren nuevas posibilidades: se reducen los costos, se fortalecen las comunidades y las personas adquieren poder para tomar decisiones informadas sobre su consumo energético. Este modelo no solo fomenta la autosuficiencia, sino que también es un primer paso hacia un mercado energético más justo y equitativo.
En SumaE, hemos visto cómo quienes participan activamente en este modelo logran beneficios económicos y transforman su percepción del sistema energético. Ser socio no significa únicamente consumir energía de forma más económica y ecológica, sino también ser recompensado en función de la participación, reconociendo el esfuerzo y el compromiso de cada persona.
SumaE en acción
Hoy, SumaE es una realidad en funcionamiento. Gracias a la agregación de la demanda y al uso de tecnología avanzada, hemos demostrado que es posible gestionar la energía compartida de manera eficiente, reduciendo precios y huella ambiental. Cada vez que un socio mejora su situación y gana tranquilidad, vemos cómo este modelo puede transformar vidas.
Únete al cambio con SumaE
El futuro de la energía es colaborativo, sostenible y democrático. En SumaE, creemos que es posible replantear nuestro papel como consumidores y sumar fuerzas para mejorar nuestras circunstancias y contribuir a un cambio más amplio. En SumaE, cada miembro tiene su lugar y su voz es escuchada.
¿Te gustaría formar parte de una transformación energética que valore tanto a las personas como al planeta? Descubre cómo puedes participar y unirte al cambio hacia un modelo de energía compartida, justo y sostenible. + info